Hay un sonido de felicidad constantemente en tu interior, como en el interior de todo el mundo. 
Sólo tenemos que permanecer en silencio para oírlo. 
Como la cabeza es demasiado ruidosa, no puede oír la voz baja y débil del corazón. A menos que todo esté en silencio nunca la oyes, pero es la conexión entre tú y la existencia. 
Una vez que la has oído, sabes por dónde estás unido, ligado a la existencia. 
Una vez que la has oído se vuelve muy fácil regresar a ella.

Entonces puedes concentrarte y acceder a ella con facilidad, y siempre que lo hagas te rejuvenecerá, te dará una fuerza tremenda y hará que te sientas más vivo. 
Si una persona es capaz de acceder una y otra vez a ese sonido interior, nunca pierde la pista de lo divino; puede vivir en el mundo y mantenerse en contacto con lo divino. 
Es posible aprender poco a poco la habilidad hasta que incluso en el mercado pueda uno escucharla. Una vez que sabes que está ahí, no es difícil oírla. Ni siquiera todo el ruido del mundo puede impedir que la oigas. El problema es oírla por primera vez, pues uno no sabe dónde está ni qué es ni cómo llegar a ella. 
Lo único que se necesita es volverse cada vez más silencioso. 
Siéntate en silencio. Cuando tengas tiempo, durante una hora al día no hagas nada: siéntate y escucha. 
Escucha los sonidos que hay alrededor, sin ningún propósito particular, sin ninguna interpretación acerca de lo que significa. 
Sólo escucha sin razón alguna. Hay un sonido, así que hay que escucharlo. De manera muy, muy lenta la mente empieza a quedar en silencio. 
Se oye el sonido pero la mente ya no lo interpreta, ya no lo aprecia ni piensa en él. 
De repente cambia la estructura. Cuando la mente está en silencio, escuchando los sonidos de fuera, se oye de repente un sonido que no viene del exterior sino del interior. Una vez que lo has oído, tienes el hilo de Ariadna en las manos. 
Limítate a seguir el hilo, adéntrate más y más en el silencio. 

Hay un pozo muy profundo en el ser de cada persona y aquellos que saben cómo entrar en él viven en un mundo totalmente diferente, en una realidad aparte.

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