Es tu visión lo que determina el mundo.

No vivimos en el mismo mundo porque nuestras formas de ver son diferentes. Hay tantos mundos como personas, por eso el choque. Por eso los conflictos en el amor, en la amistad: porque dos maneras de ver las cosas no pueden concordar. Se traslapan o chocan. Tratan de manipularse y de dominarse una a otra.

En el fondo, el hecho, es que hay dos maneras de ver y hay una gran lucha para ver quíen gana, para ver de quién es el ojo que resulta ser el que tiene la razón.

Cuando te vuelves hacia dentro, hay un tercer ojo. Tus dos ojos se encuentran en un punto profundo dentro de ti. Nunca se encontrarán fuera, no pueden. Cuanto más lejos veas, más lejos están; cuanto más te acerques, más se acercan.
Cuando cierras los ojos, se vuelven uno, y este solo ojo puede ver la realidad tal como es. Es ver sin ver. Es ver sin ningún medio. Es ver de manera no corrompida. Los siete colores del arco iris se han hecho uno y se han convertido en blanco otra vez.

Las personas está muy interesada en tener ojos hermosos. Más bien deberían interesarse en tener una manera hermosa de ver las cosas. Más que tener ojos hermosos, ten una visión hermosa. Ve de manera hermosa. Ve al uno, al que no está dividido, al eterno: eso es lo que significa ve de manera hermosa. Es posible.

Está a nuestro alcance; lo único que sucede es que nunca lo hemos intentado. Nunca hemos visto para nada ese potencial. Nunca nos hemos imaginado la posibilidad de que sea un hecho. Ha permanecido como una semilla.

El tercer ojo ha permanecido como una semilla.

Una vez que tu energía entra y cae sobre el tercer ojo, éste empieza a abrirse. Se convierte en un loto, florece y, repentinamente, todo el patrón de tu vida cambia.

Eres una persona diferente.

Ya no eres el mismo; nunca podrás volver a ser el mismo y el mundo nunca podrá volver a ser igual.

Todo es igual y sin embargo nada será lo mismo. Has logrado, pues ver con un solo ojo.

Medita más con los ojos cerrados, trata cada vez más de ver dentro. Al principio es difícil. Está muy oscuro, pues has olvidado incluso cómo mirar hacia dentro. Lo has negado y soslayado.

Lentamente se irán rompiendo las rocas de los hábitos viejos y serás capaz de sentir, asir, tantear, y poco a poco te irás acostumbrando y serás capaz de ver.

Al principio será la oscuridad absoluta. Es como si estuvieras en el exterior bajo el sol y entraras en tu cuarto, que está oscuro, y no puedes ver durante unos segundos; después los ojos se adaptan.

Paulatinamente el cuarto deja de estar oscuro y se va llenando de luz.

Sucede lo mismo con tu interior. Durante un tiempo todo estará oscuro, pero si persistes, si eres paciente, si continúas yendo más hacia dentro, un día tropiezas con la fuente de tu energía.

De repente desaparece la oscuridad, todo es luz y hay una grandeza y un esplendor que uno ni siquiera puede soñar...

Comentarios