La felicidad es difusa como una nube; indefinible y cambiante continuamente.
No es temporal ni permanente. Es eterna. No está muerta: está muy viva. Es la vida misma, así que no es estática sino dinámica.

Cambia constantemente.

Ésa es la paradoja de la felicidad: que es eterna y cambiante, a cada momento nueva y siempre la misma.
En cierta manera siempre ha existido; en cierta manera a cada momento te sentirás extático y emocionado.

Te sorprenderá a cada momento. Es muy nebulosa y no puede ser calificada como momentánea o permanente.

Comienza a sentir una nube de felicidad a tu alrededor. Está ahí. Todo vive en una nube de felicidad; simplemente tienes que reconocerla, es todo.

Nacemos con ella. Es nuestra aura, nuestra naturaleza misma intrínseca.

Otras veces siéntate en silencio y sientes que te estás perdiendo en una nube de felicidad que te rodea, que cambia constantemente pero permanece contigo.

Conforme comiences a perderte te sentirás más feliz. Habrá algunos momentos en que estés completamente perdido.

Cuando la nube es, tú no eres. Ésos son los primeros vislumbres, aunque lejanos, de la verdad.

Una vez que la semilla esté ahí, el árbol estará viniendo...


                                   youtube.com/watch?v=8ey74BBfyfM&ob=av2n

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