Silencio, que llegó el otoño... y quiere tomarse un descanso la vida...

Ya se está quitando colores, adornos y trajes... Se siente cansada de tanto ajetreo que llevó a cabo para celebrar tan fenomenal y hermosa orgía...

Cada quien amó según su manera, cada mariposa besó tantas flores como ella quería al compás de la danza que le iba tocando la invisible y tierna levedad de la blanca brisa...

Parece que quieren al revoloterar, escribir poemas de calma y sonrisa, para que se vayan volando por la luz del sol, por el cielo arriba...

Y pasa el otoño por las hojas todas de árboles y plantas ya casi dormidas, preguntando a todas, ya muy apagadas por qué se pintaron con tal fantasía con tanta belleza, con tanta armonía...

Le responden todas a una sola voz: para seducirla... pero seducir ¿a quién?... A la hermosa vida...

Ya se terminó tanta algarabía... Hay que reposar de tanta alegría...

La naturaleza se sigue quitando como una vedette la bisutería... decrépitas hojas, que antes eran verdes... toda fantasía y ahora están pálidas, amarillas, ocres, decaídas...

Y se van cayendo, se arrojan al aire como suicidas... Y bailan, vuelan y giran apurando el tiempo del último baile antes de quedarse por siempre dormidas... Besando la tierra de donde salieron a la que retornan con la misión cumplida...

Silencio que llegó el otoño y quiere tomarse un reposo la vida...

Cuando se despierte... ya será otro día...

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