Se dice que una relación de amistad es una pieza de artesanía...

Dicen que construirla lleva tiempo y dedicación... se hace con materiales especiales pues requiere creatividad y compromiso...

Se dice también que la amistad es una relación que transcurre en un puro presente, es por ello que necesita presencia...

Entre los amigos los encuentros surgen de foma sencilla que invita... que abre mundos... donde se dan y se reciben gemas de la propia interioridad...

Se convierte en testigo, tú testigo, que siempre está a nuestro lado, pues nos hace justicia cuando ésta se ausenta o es endeble... Nos legitíma y valora en nosotros aquellos aspectos que otros habían olvidado...

Da sosiego al alma...

En este hermoso vínculo no hay obligaciones, salvo la del respeto...

Celebran el encuentro, se sostienen si es necesario hasta que el tambaleante pueda tenerse en pie... Se nos ama por lo que somos...

Un amigo de verdad, se convierte en un bálsamo para el alma, pues es el mejor guía y testigo del camino hacia los valores verdaderos...

Un amigo se convierte en una joya preciosa y única, alguién con quién hemos tallado un vínculo a través del tiempo, los encuentros, lo vivido...


Y en mi ignorancia... no consigo ver lo que me ofrece este símbolo... ¿Descofianza?...