Señora Intolerancia no quiero estar en su compañía. Me huele usted mal. ¿Por qué se empeña en acompañarme?

Para construir Sueños hace falta que nuestra razón cuente con la energía vital de la ilusión, el entusiasmo y la libertad. Para volar se necesitan alas. Y para caminar, un cuerpo que nos lleve adonde los sueños quieran llegar.

Señora, me anima a que cultive el arte de volar con la imaginación, la escucho e inocente y pura echo la mía a volar libre. Le doy buenos consejos: que respete a los demás, que si quiere libertad sea muy prudente para no dañar otra libertad. Que preste ayuda, que no imponga sus creencias o sus principios morales.

Mi alocada imaginación se queja amargamente de que usted no le deja pasar al más allá. Donde el mar parece besar de forma apasionada al cielo. Donde está su amada y posible libertad.

Sólo le deja imaginar lo que a usted le interesa. Lo que no le conviene se lo hace callar.

Exijo que se le permita a mi querida imaginación el cumplimiento de lo imaginado. Su deseo de viajar a un sueño que puede desintegrarse, para todos aquellos que no tienen ilusiones ni entusiasmo suficientes para la felicidad.

Si se opone pensaré que hay mucha verdad en lo que mi querida imaginación afirma de usted. Le acusa de necia.

Señora, quien prohíbe soñar mata la Esperanza. Crea el infierno.



Tú, me matas.
Yo, Quiero Mi Libertad.




                                    youtube.com/watch?v=e-o-U7er7qM

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