El origen de la limitación de la vida surge cuando otros influyen en la creación de normas y en la expectativa del papel que se desempeña en un futuro. Es en este momento cuando los cimientos se ponen para que más adelante seamos fuerte,dotados o desvalidos, débiles.

La educación específica para cada sexo comienza ya en la edad del lactante, o incluso en el propio seno materno.

La lista de ejemplos de cómo los niños y niñas se convierten en hombre típicos y en mujeres típicas es larga.

¡Ten cuidado! es una advertencia que las niñas se ven obligadas a oír una y otra vez antes de salir de casa. Toda precaución es poca: se acecha el peligro.

Bajo esta apariencia de desvelo, se aprende a no arriesgarse y más adelante se coarta la oportunidad de ganar, de Vivir.

Sin Riesgo no hay posibilidad de Ganar.

Llega un momento, donde resulta difícil tomar una decisión con plena autonomía cuando se ha perdido el sentido de lo que a uno le conviene o no le conviene.

Se recurre a los viejos patrones de conducta y educación, porque ya se sabe que las escobas nuevas no son las que barren bien, sino las viejas. Aunque se tengan los mejores propósitos, uno se desliza imperceptiblemente hacia las viejas pautas de conductas, porque nos resultan familiares y seguros.

Frenamos la Vida ante una autoestima negativa.

Evitar que el adulto se deje influir durante toda la vida por el legado de la niñez. ¿Cómo Hacerlo?

                                              youtube.com/watch?v=Q1scL7rlMEY


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