A medianoche oigo los aullidos de los lobos,
algunas veces lejanos, como si vinieran del fondo del valle,
y otras, tan cerca como si me gritaran al oído.
Unos dicen que son todo figuraciones mías,
y otros que son Sueños.
Pero mis oídos me dicen muy claro que todo es Real.
Los Oídos perfectos Oyen lo que Quieren Oir.
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